DIARIO DE UN PATÁN

Bueno, por fin he vuelto. Hace siglos que no escribo entradas propias, en parte por falta de ganas, pero últimamente sobre todo por miedo al ridículo, porque si escribía tenía que comentar un pequeño incidente que ha dado que hablar y sobre todo que reir a los ÑK en Getxo. Y es que resulta que en las últimas semanas se ha confirmado que soy un patán auténtico:


Acabábamos de terminar el derby algorteño de la liga con resultado de empate a 9 (en realidad quedamos 1-1 pero a todos nos pareció un resultado demasiado triste), nos disponíamos a presenciar un partido de futbito de verdad entre el Arenas y un equipo de Mungia y a mí se me ocurrió la brillante idea de ir a mi casa a por condimento, ya me entendéis, pero no me apetecía ir andando así que le pedí a Defekatron que me llevara en su montura. Resultó que no estaba dispuesto a ir pero sí a dejarmela para que fuera yo solito. Lo cierto es que no había cogido uno de esos cacharros ideados por lucifer en mi vida pero no me parecó que pudiera ser demasiado difícil, he visto montarlas a niños pequeños. Acepté su propuesta y me fui a mi casa sin demasiados problemas (sólo que no sabía muy bien cómo arrancarla), recogí el material de la risa y cuando ya me las veía muy felices compartiendo ese manjar con Defekatron y Bambino cuando ocurrió la tragedia. En cuanto monté en la dichosa moto ésta adquirió vida propia, la vida de un maníaco suicida para ser exactos, y me lanzó contra un 4x4 que por lo visto le había mirado mal. El resultado fue que cruzamos la carretera de acera a acera en una perpendicular casi perfecta y nos estampamos cntra el bordillo gracias a que por un momrento conseguí tomar el control de los mandos, lo justo para esquivar al 4x4 y al coche de al lado, y nos quedamos allí, entre los 2 coches, yo sin terminar de creer lo que había pasado y ella en coma y con algunas heridas bastante aparatosas. La verdad es que las heridas se las había causado yo mismo con mis rodillas de acero, que menos después de lo que me había echo ella a mí, pero ante todo soy un tipo duro y yo no recibí grandes daños. Unos sudacas muy amables que había por allí (sí, he dicho amables) me ayudaron con la suicida y entre los 3 la dejamos aparcada al otro lado de la calle para que los dueños de los coches no la relacionaran con los repentinos arañazos en sus respectivos laterales, después comprobaron que no me estaba desangrando y se despidieron. En cuanto a mí terminé de asumir lo que había ocurrido también fui consciente de las circunstancias: Estaba justo en frente de mi casa, a plena luz del sol, con uniforme de futbol con la palabra SETA escrita en la espalda y una moto estampada de la forma más rídicula posible. Por supuesto opté por huir despavorido del lugar de la vergüenza y subir a Andra Mari para explicarle lo sucedido a Defekatron, el cual no dio credito a mis palabras hasta que vio el estado en que le entregué un trozo de su moto de considerables dimensiones. La verdad es que no se le veía muy buena cara (me refiero a defekatron, la moto tenía una cara horrible), de hecho que se lo debió de pasar realmente bien fue Bambino, que estaba resente pero no implicado.

Cómo no, la noticia corrió como la polvora y empezó el carrusel de bromas que terminó por crear un nuevo mote para mi persona: Seta Gibernau. Sí, sé que tendría que haber contado está pequeña gran anécdota patética hace tiempo pero me ha costado lo suyo superar el miedo al rídiculo, espero que lo entendáis. El caso es que ya está hecho, por fin me he quitado ese peso de encima y ahora ya puede abrirse oficialmente la veda de vaciles internautas a mi cuenta, la red es vuestra!!!

P.D.: Arreglar la maldita moto me ha costado la nada desdeñable cifra de......260 euros! Por 3 putos trozos de plástico, porque es lo único que se rompió en realidad. Ya véis, el viaje más caro de la historia, que se le va a hacer. Mis rodillas bien, gracias.